Este era un zapato risueño y feliz.
Gran boca tenia, pero no nariz.
Seis ojos pequeños y oreja sutil.
Vivía en una caja, soñaba con salir.
Le gustaba la calle y los montes sin fin.
Saltaba y corría de allá para aquí.
Las gotas de lluviale hacían reír.
Usábale un mozuelo fortachón y juvenil.
Al limpiarlo con cepillo le hacía hacer ¡a... chís!
Un día el mozo creció y el pobre zapato algo viejo se quedó.
Una mano, amable, en una bolsa lo metió.
Estaba indeciso, confuso...mas pronto, alguien lo sacó.
Viejo y sucio corría feliz en un nuevo pie.
Nunca nada le dolía,su boca siempre riendo,sus ojos siempre contentos, su oído siempre atento.
Trotando de un lado a otro hasta el final de sus días.
Roto, solo y recordando que hizo feliz a muchos.
Tal vez a ti.
También a mí.
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